DIRECCIÓN
- Dirección: Plaza de Don Juan Moreno, s/n
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- Web: www.museoarqueologico.lorca.es
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Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en una amplia zona del castillo de Lorca, han permitido documentar parte de la judería bajomedieval con una sinagoga situada en el centro del barrio judío, un taller para la elaboración de vidrio y dieciséis casas que se abren a pequeñas placetas y estrechas calles. Los elementos decorativos de algunas de las casas de la judería que se exponen están inspirados en los estilos gótico y mudéjar, fundamentalmente las yeserías con las que se adornan las paredes y los arcos de puertas y ventanas.
Vinculados a diferentes lugares de la judería se muestran piezas del siglo XV que permiten ilustrar actividades de la vida cotidiana y religiosa de los habitantes de este barrio judío. La cerámica común está representada por ollas y cazuelas para cocinar; platos, escudillas y jarritas para la presentación y consumo de alimentos; jarras, cántaros y tinajas para el almacenamiento y acarreo, y candiles para la iluminación.
Otros objetos que se exponen permiten acercarnos a como fueron los adornos personales (hebillas, anillos), los útiles de vidrio (botellitas de perfumes, vasos) y piezas para jugar (dados y juguetes) de los habitantes de la judería. También se exponen diferentes cerámicas (platos, escudillas, candiles) elaboradas en los alfares de Manises y Paterna (Valencia) y de las ciudades granadinas de Málaga y Granada, que llegaron a Lorca de la mano de comerciantes que transitaban por estas tierras de la frontera entre los reinos de Murcia y Granada.
Algunos de las piezas halladas en la judería permiten ilustrar la fiesta de la Janukká. Se trata de fragmentos de lámparas (janukkiot) que contienen nueve candiles para el aceite, ocho para encenderse y uno auxiliar, llamado samas, que actúa como servidor. Estas lámparas se han de colocar en un lugar visible cerca de la ventana o la puerta de cada casa.
Otra pieza singular es una rueda dentada que debió pertenecer a una carraca, que se empleaba en Purim por los escuchantes de la lectura del Libro de Esther, que en el momento de pronunciarse el nombre de Amán, hacían ruido con estos instrumentos musicales para que el nombre del malvado fuera borrado.
El hallazgo más importante de la judería se produjo en 2003 cuando se pusieron al descubierto los restos de la sinagoga que, tras su abandono en 1492, nunca fue reutilizada. La sinagoga conserva los restos del arca santa (arón ha-qodesh o hejal) y del estrado de lectura (bimá o tevá) de la Torá. A mediados del siglo XV, se incorpora a la sinagoga un programa decorativo a base de yeso tallado, algunos de cuyos fragmentos se muestran en el museo tras su restauración, como dos frisos de arcos ciegos y paneles con motivos geométricos y vegetales de estilo gótico flamígero. En una zona central de esta sala se muestra el arco trilobulado que coronaba el hejal. La decoración de la sinagoga se completaba con azulejos procedentes de Manises colocados en los escalones que permiten el acceso al hejal y su entorno.
Bajo la tevá fueron hallados unos 2600 fragmentos de vidrio, pertenecientes en su mayoría a lámparas que se emplearon para la iluminación de la sinagoga. Se han podido reconstruir 27 lámparas, unas se colgaban de las asas con cadenas y otras se colocaban sobre un soporte que se colgaba del techo. Estas lámparas de vidrio ocupan un lugar destacado en el centro de la sala.