DIRECCIÓN
- Dirección: Plaza de Don Juan Moreno, s/n
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Los argáricos enterraron a sus muertos en el interior de los poblados y debajo del suelo de las casas. En los diversos tipos de tumbas (covacha, fosa, cista y urna) el cadáver era colocado en posición flexionada, vestido y con un ajuar compuesto por objetos de metal (armas y útiles), cerámicas y objetos de adorno personal. La creencia en una vida posterior a la muerte hizo que los argáricos introdujeran en las tumbas objetos personales, vasijas cerámicas y comida.
La cerámica y los huesos de animal, patas traseras de vacas, ciervos y ovejas, que aparecen en el interior de las tumbas son testimonio de un ritual: suministraban comida y bebida en el interior de vasijas para el viaje al más allá. La exposición de esta sala se centra en mostrar diferentes tipos de enterramiento hallados en Lorca, donde fue muy común el empleo como ataúd de dos vasijas grandes de cerámica afrontadas por su boca.
En las tres vitrinas se muestran diferentes objetos que formaron parte de los ajuares de las tumbas de hombres, mujeres y niños. Un lugar destacado ocupa el ajuar de la sepultura de un hombre viejo que fue enterrado hace 3900 años en el poblado de Los Cipreses, acompañado de objetos muy valiosos, tres realizados en cobre (una alabarda, un cuchillo y un puñal con mango de marfil), y tres herramientas realizadas en piedra (dos yunques-martillo y una placa para afilar). Junto a una de las paredes de la tumba se colocó una vasija de cerámica de gran tamaño y un vasito; cerca de estos objetos dispusieron una losa para triturar el cobre con el que realizar utensilios metálicos.
El estudio de los útiles hallados en el interior de esta tumba, ha servido para conocer que este hombre realizó trabajos relacionados con el martillado, el pulido y el afilado de instrumentos de cobre.