DIRECCIÓN
- Dirección: Plaza de Don Juan Moreno, s/n
- Email: museoarqueologico@lorca.es
- Web: www.museoarqueologico.lorca.es
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Lorca fue una de las poblaciones más importantes de Castilla en la frontera oriental con el reino de Granada. La imagen de esta villa fue la de una población cercada por un importante recinto amurallado y en la parte superior un inexpugnable castillo, donde destacan las torres Alfonsina y Espolón, mandadas construir por Alfonso X para simbolizar el poder de la corona castellana en este territorio fronterizo. La torre Alfonsina disponía en el costado que mira a la población y a la vista constante de los vasallos, una decoración formada por once hileras de azulejos de cerámica vidriada anclados en las juntas entre las piedras; unos eran de forma cuadrada vidriados en blanco con castillos y leones, y otros en forma de estrella de seis puntas vidriados en color verde. El único azulejo que se conserva completo se puede contemplar en esta sala con la representación de un castillo.
En esta vitrina también se muestra el cráneo de un hombre con la punta de una ballesta incrustada en su interior, cuyo enterramiento se halló en las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el interior del castillo de Lorca. Este hombre pudo fallecer en el asedio al que las tropas aragonesas sometieron a Lorca entre 1298 y 1300.
El uso de la ballesta también está constatado en el castillo nazarí de Tirieza (Lorca), como lo testimonia el hallazgo de diversas piezas bajo el nivel de destrucción del castillo por los castellanos en 1433, entre las que se ha seleccionado para la exposición una punta de virote y una nuez para impulsar el proyectil. Una de las actividades de las gentes de Tirieza fue la cría de ganado, para el cuidado y guía de los rebaños de cabras se emplearon silbatos de hueso como los que se muestran.
Durante el siglo XV Lorca fue cambiando su fisonomía: se reforzaron las torres, puertas y mura- llas que la protegían, se remodelaron iglesias y conventos, se fueron creando nuevas plazas, calles y viviendas para una población mayoritariamente cristiana, que convivió con una minoría mudéjar y judía.
Lorca fue en la Edad Media una tierra de castillos. De entre todos, el más importante fue el castillo de la Ciudad, desde donde se controlaba un amplio territorio fronterizo y se facilitaba la protección a la población.
El complejo defensivo de Lorca se completaba con la presencia de una cerca murada de origen islámico, que fue reutilizada y reformada por los castellanos hasta que en 1492 dejó de tener función con la desaparición de la frontera tras la toma de Granada.