Sala X

"Los almorávides y los almohades"

Las evidencias arqueológicas mejor conservadas de época andalusí proceden del periodo histórico desarrollado bajo el poder almohade (1171-1228) y de Ibn Hud (1228-1238). El principal elemento de la casa andalusí es el patio que suele ser el centro de la vivienda. Alrededor del patio se distribuye el zaguán, la cocina, la letrina, las alcobas y los salones que solían estar precedidos de pórticos que sostenían las galerías por donde se circulaba en la parte alta de la casa. Bajo los pórticos pudieron ubicarse tinajas ricamente decoradas, donde se almacenaría el agua para hacer las abluciones rituales, un buen ejemplo lo encontramos en la tinaja que se muestra con su reposadero de la iglesia de las Madres Mercedarias (Lorca).

En excavaciones arqueológicas realizadas en Lorca se han hallados diversos utensilios cerámicos. La pieza más representativa del servicio de mesa es el ataifor, empleado para la presen- tación de alimentos, se muestra un bonito ejemplar decorado con un pavón procedente de la calle Horno de las Monjas (Lorca).  Junto a esta pieza se exponen varias cerámicas para conte- ner líquidos y escanciarlos, como jarritos, jarritas y redomas. También se muestran candiles que se encendían en las casas tras la caída del sol.

Las casas y los palacios de la ciudad almohade de Lorca estuvieron decorados con yeserías, fundamentalmente los arcos que formaban los pórticos. Se muestran algunos fragmentos de yeserías con ricos motivos epigrafitos, vegetales y geométricos policromados, halladas en la Plaza del Cardenal Belluga de Lorca. Estas yeserías pertenecían a los arcos que decoraban los pórticos de un palacio fechado en la primera mitad del siglo XIII.

Los alfareros de la Lorca andalusí tuvieron que disponer sus talleres en un barrio fuera de las murallas, para no molestar con los fuertes olores y humos que producían las cocciones de la cerámica. El lugar debía tener agua y espacio suficiente para ubicar los talleres con las piletas, los hornos y los lugares donde almacenar la leña y la arcilla. Durante los siglos XII y XIII la elaboración de la cerámica se ubicó en las proximidades de los principales accesos a la ciudad, siendo el barrio alfarero más grande, el situado junto al camino de Nogalte, donde los hornos eran de forma circular y con barras en su interior para disponer las cerámicas. Algunas piezas procedentes de estos hornos permiten aproximarnos a como se elaboraba la cerámica al final del período andalusí.