Sala I

"Los orígenes de Lorca"

Se muestran en esta sala piezas que elaboraron y utilizaron los habitantes de Lorca en el amplio periodo de la Prehistoria comprendido entre el año 30.000 y el 2500 a.C. Durante la mayor parte de este tiempo los habitantes de Lorca vivieron de la caza y la recolección, su forma de vida cambió cuando comenzaron a cultivar plantas y domesticar los animales. Como consecuencia de tener que vivir en un mismo lugar surgieron varios poblados en el valle del Guadalentín, uno de los más importantes se encuentra en el subsuelo de la ciudad de Lorca. El testimonio más abundante hallado en las excavaciones arqueológicas efectuadas en el gran poblado de Lorca es la cerámica elaborada a mano, algunas de cuyas piezas se muestran en esta sala.

El tipo de enterramiento que caracterizó el final del Neolítico y cuyo uso se extendió hasta el Calcolítico (III milenio a.C.), es aquel donde se introducían varios individuos con sus pertenencias (objetos para cazar, adornos, cerámica). Los ajuares funerarios seleccionados para su exposición son los pertenecientes a las sepulturas en los abrigos del Buitre y del Cerro Negro (Zarcilla de Ramos, Lorca).

Un lugar destacado en esta sala, lo ocupa un conjunto de ídolos elaborados en diferentes materiales, como arcilla, hueso o piedra, encontrados en yacimientos de Lorca y su entorno. Entre los ídolos expuestos sobresalen los hallados en las excavaciones efectuadas en la Glorieta de San Vicente (Lorca), uno de ellos elaborado en una plaquita triangular de piedra pintada con un motivo en negro semejante a los “oculados” y “ramiformes” del arte rupestre esquemático y otro pintado sobre una escápula de animal, (Lorca).